Liderando con el ejemplo

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Foto by Manuel Morillo (@fotosyemocion)

Sí hay algo que detesto en esta vida es la incongruencia. Sí, la gente que habla y habla de cómo ell@s lo harían, de cómo solucionarían ésto y lo otro y luego hacen en su vida, en su día a día, justamente lo contrario a lo que predican.

Todavía recuerdo aquella vez que mi padre visitaba  en la consulta al especialista de digestivo que lo estaba tratando de una úlcera y éste le preguntó: – Disculpe, ¿Ud. fuma? Claro, el paciente no sabía que contestar… y terminó tímidamente diciendo que sí, pero que estaba intentando dejarlo, a lo que el médico le contestó… «no se preocupe hombre, que no le voy a reñir» Si es que me he dejado el tabaco en casa y estoy deseando fumarme un cigarro.

¿Alguna vez habéis visto a un neumólogo fumar o a alguien que dice una cosa y hace otra? Ya veis, la vida misma, aunque  también  el día a día de muchas empresas.

Lo cierto es que ésto en el terreno de la empresa, es particularmente relevante, la congruencia y la consistencia en los mensajes y en el proceder.

Un líder debe siempre predicar con el ejemplo y esto debe constituir un rasgo fundamental de su liderazgo y de la compañía que representa. ¿Te imaginas una compañía que exige a tus colaboradores ir vestidos de manera formal con traje,chaqueta y corbata y que luego su CEO vaya en chándal? ¿Verdad que no? No se puede construir imagen y reputación siendo contradictorios o teniendo una doble moral.

En el caso de las personas que gestionan personas y que están sometidos al escrutinio de los ojos de los otr@s,  predicar con el ejemplo facilitará su labor y funciones al transmitir solvencia moral y credibilidad. Desafortunadamente en la vida y práctica diaria esto no ocurre como quisiéramos y por muchas razones distintas. Sin embargo, debemos ser primero reflexivos y congruentes con nosotros mismos como líderes de comunicación para impulsar a nuestros clientes, empezando por los internos o colaboradores, a través de nuestro propio ejemplo.

Los líderes deben tener en cuenta que muchas veces influimos en otr@s de manera negativa e inconsciente, proporcionando ejemplos que no ayudan en nada a construir el tipo de cultura de empresa que deseamos ni los resultados que buscamos ejerciendo como modelos y ejemplos para otr@s.

Comentaba el otro día con una compañera de Recursos  Humanos, las prácticas que habíamos visto en las empresas durante estos últimos años de crisis, algunas amparadas en ese dichoso bache económico, pero que realmente obedecían a los caprichos de líderes sin razón y que precisamente, no predicaban nunca con ese ejemplo del que hablamos. Pues desde nuestra posición de RRHH hemos visto como, muy a nuestro pesar, muchas empresas han recortado sueldos, a golpe de tijeretazo, han aumentado las horas de trabajo y reducido proporcionalmente los derechos y permisos de sus trabajadores mientras que sus mal llamados líderes seguían gozando de privilegios como viajar en primera clase, continuar con el cobro de sus bonus, o llegar a la oficina mucho después de que lo hicieran sus colaboradores, esos a los que se les había pedido «un último esfuerzo».

Pero también hemos visto ejemplos positivos, hemos visto como líderes de verdad, líderes que predicaban con el ejemplo, como el caso, de Haruka Nishimatsu, el ex-presidente de la aerolínea Japan Airlines que durante la época más dura de la crisis económica, se bajó el sueldo a 80.000€/año mientras otros presidentes de aerolíneas mundiales llegaban a cobrar la friolera de 150 Millones de €/año, hacía cola para entrar a comer en el comedor social de la empresa, llegaba puntual a la oficina en el transporte público o renunciaba a su despacho con vistas a la bahía de Tokio, para integrarse dentro de la marabunta de mesas con el resto de trabajadores.

Predicar con el ejemplo en la empresa y/o organización tiene beneficios y muchos, ésto son sólo algunos:

  • Es un claro ejemplo del compromiso entre la dirección para con sus colaboradores. Si la vara de medir es diferente para cada miembro de la organización es posible que cuando ésta pida un esfuerzo o un «último achuchón»  para superar una situación de crisis, los miembros del equipo no se sientan comprometidos y que cada cual actúe como mejor le parezca.
  • Como dirían los mosqueteros «Todos para uno y uno para todos»,  en este tipo de empresas comprometidas no hay que alentar el trabajo en equipo, pues no conciben otra forma de trabajar que no sea esa.
  • Sentimiento de pertenencia, tod@s visten una única camiseta, y ésta no es otra que la camiseta del club, que no sólo representa un modus vivendi, sino que les hace sentir parte de un todo, de una organización, de una cultura, que representa también sus principios y valores.

Es evidente que las personas aprendemos antes observando los comportamientos de otr@s que nos parecen íntegros, que mediante el cumplimiento de órdenes, por eso, sí tenemos personas a nuestro cargo, si gestionamos equipos y  queremos que éstos cambien, es mejor hacerlo bajo un modelo de comportamiento, en vez de dar consejos u órdenes que a ninguno nos gusta escuchar y mucho menos, seguir.

¿Y tú conoces alguna empresa cuyos líderes sean ejemplo de líderazgo responsable?