Vacía tu mochila y suelta lastre

 

SONY DSC

Foto by @Manuel Morillo Fotografía ©

Y si yo hoy te preguntara ahora que acaba este año, cuánto peso has acumulado en tu mochila durante todos estos  meses del año ¿Qué me responderías? o ¿Sabrías qué responderme? o ¿Eres consciente del peso que cargas a tus espaldas?

Aunque yo escribí este artículo pensando en el mes de septiembre, por aquello de que me parece un mes mágico, será porque cumplo años en él y  porque el verano aún no ha acabado, porque para unos empieza un nuevo curso escolar y para otros es el momento de hacer un alto en el camino, recapacitar y plantearse nuevas metas y  nuevas motivaciones. No en vano, este bendito mes de septiembre nos brinda la oportunidad de un nuevo comienzo.  Pero hay muchas personas para las que ese ese nuevo comienzo arranca con el comienzo del nuevo año, en enero, por eso traigo de nuevo este post que aunque escribí hace ya más de 3 años, sigue estando hoy más vigente que nunca.

Siempre he pensado que septiembre y enero son como un lunes inmenso que nos permiten comenzar de nuevo y ver el resto de la semana desde una perspectiva  distinta.

Sin darnos cuenta nos vemos envueltos en la vorágine del día a día, han pasado ya casi 12 meses y durante este tiempo hemos ido cargando nuestra mochila con el peso de los problemas del trabajo, con nuestras insatisfacciones e inseguridades, con los problemas económicos, con el estrés… ¿no crees que ha llegado el momento para parar y pensar? si tu trabajo te hace sentir tan mal ¿por qué no has hecho nada para cambiarlo? Si no puedes trabajar en ese proyecto internacional porque tu nivel de idiomas no te lo permite ¿por qué no te has matriculado ya en esa escuela que ves cada día al pasar para el trabajo? O ¿Cuándo vas a hablar con ese compañer@ con el que te separan años luz con respecto a vuestros a planteamientos profesionales?

El momento es YA, mientras los más pequeños preparan su mochila para la vuelta al cole después de las vacaciones, yo te propongo un reto: “que vacíes la tuya” (y luego, la llenes, reaprendas, te resetees y te quedes sólo con aquello que realmente te sirva pero de eso hablaremos unas líneas más adelante)

Sí, has oído bien, he dicho que es el momento para que vacíes tu mochila… ¿cómo qué no sabes a qué me refiero?

Lo sé, hay cosas que muchas veces no podemos sacar de nuestra mochila, porque son herramientas indispensables para nuestra supervivencia, sin embargo, muchas veces acumulamos otras (y no hablo sólo de cosas materiales) que realmente no necesitamos y que vamos dejando ahí por si acaso, por si alguna vez las necesitamos, por sí las moscas…

Dicho en  otras palabras, ¿Crees que nos aporta algo  positivo el cargar con ese lastre en nuestras espaldas? nada nos tendría que limitar para alcanzar nuestras metas y objetivos, y me refiero tanto a nivel personal como profesional, por ello, te propongo que hagas una selección consciente de todas aquellas cosas que podrías sacar de tu vida y de tu mochila, desde recursos materiales, responsabilidades agobiantes, jefes absorbentes, empresas tóxicas, trabajos o personas que no te aportan nada, culturas de empresas que no compartes, compañeros que no son tal…

Es tan sencillo cómo eliminar todo aquello de lo que puedes prescindir y que ya no tienen lugar en tu maleta, aquellos problemas que, aunque tienen solución, te desgastan y ocupan y consumen buena parte de tu energía positiva.

Y para empezar te propongo: ¿Y si dejas de quejarte y empiezas por dejar de ser un espectador pasivo de esa vida que tan poco te gusta y te conviertes en el verdadero protagonista de tu película?

Lo sé, ahora me dirás que no sabes cómo hacerlo, qué no tienes idea de por dónde empezar, qué ésto es un rollo y un esfuerzo brutal, -pues sí-, cómo todo en la vida, hay que currárselo y hay que querer hacerlo, hay que tener motivos suficientes para querer llevarlo a cabo.

Mira, te daré un consejo que a mi me ha servido de mucho.

Comienza por hacer un ejercicio de honestidad contigo mismo/a y responde con humildad a estas preguntas. La idea es que tomes consciencia, y si no obtienes respuesta, te aconsejo que te pongas en manos de un buen coach (asegúrate que no vende humo ni es un “flower power”, o un speaker que repite frases en positivo sin ton ni son, cerciórate que es el mejor acompañante que puedas elegir para este pequeño viaje por tu interior), mientras, te daré algunas pistas para que empieces a aligerar los kilos de tu mochila, empieza por escribirlas y por fijar un plazo en el tiempo para sacarlas o dejarlas definitivamente en tu bolsa de viaje:

¿Qué quiero llegar a ser profesionalmente? ¿Qué lugar ocupa mi trabajo en mi vida? ¿Soy coherente con mis prioridades y con mis principios? ¿Conozco otras alternativas futuras de trabajo? ¿Me motivan más algunas de ellas que mi actual empleo? ¿Me siento alineado con la cultura que promulga mi empresa? ¿Qué es lo que genera valor en mi vida y en la de mi familia? ¿A qué estoy dispuesto/a a renunciar para conseguir ese puesto? ¿Cómo es de importante para mí el compañerismo? ¿Qué es lo que más valoro en mi vida profesional? ¿Disfruto con mi trabajo? ¿Qué estaría dispuesto/a hacer para lograr mi objetivo profesional o personal? ¿Qué es lo peor que me podría pasar si dejará mi trabajo? ¿Y lo mejor?…

Si eres capaz de contestar honestamente a estas preguntas, es muy probable que te des cuenta de cuál es el verdadero valor del peso de tu mochila, y de si te merece la pena seguir cargando con él o podrías prescindir de algo. Estoy convencida de podrás ir aligerando tu carga y volver a llenar tu maleta con otras motivaciones e ilusiones, imagina una nueva alforja a tus espaldas, sólo con lo que realmente necesitas o quieres llevar para ese viaje, imagina un nuevo rumbo en tu trayectoria profesional quizás o dedicar esas ocho o diez horas diarias a tu verdadera vocación… ¿estás dispuesto/a? ¿y entonces a qué esperaras?

Prueba a soltar lastre, y deja de preocuparte por muchas cosas que no puedes cambiar, que no están en tus manos, acepta que seguirán ahí, que no son tu responsabilidad y que no puedes actuar sobre ellas, acéptalas y búscales otro significado dentro de tu vida, deja de una vez por todas de buscar el porqué y empieza a rastrear tu para qué, pero hazlo,  sin acción nada, absolutamente nada cambia.

Haz, haz y haz para cambiar tu rumbo, para soltar lastre, AHORA es el momento, porque más vale un cambio pequeño que una gran intención.

Y ahora piensa, ¿Con cuántos kilos de más estas dispuesto/a a cargar?

Y ahora, sólo me queda desearte desde talentTÚ unas Felices Fiestas y mucha acción y sonrisas para este 2019 junto a mi compañero Enrique Cejudo.

 

 

 

 

2 comentarios en “Vacía tu mochila y suelta lastre

  1. Qué oportuno este post Meme!!!! Me ha encantado. Es imprescindible vaciar esa mochila que CARGAMOS, pues además de reducir nuestra productividad, puede acabar con nuestra salud, nuestra vida familiar… Hacer balance del año puede ser un momento perfecto, para aprender, poner remedio y plantear con entusiasmo el año siguiente. FELIZ AÑO!!!!!

    Le gusta a 1 persona

    1. Gracias Natalia, creo que sin darnos cuentas todos tarde o temprano terminamos cargando nuestra mochila sin ser conscientes del peso, pero sobre todo, sin ser conscientes de lo que nos limita, por eso creo que es esencial pararnos, mirarnos y tomar consciencia de si nos merece la pena seguir así o replantearnos nuestro futuro, y el momento siempre es AHORA, aunque aprovechemos final de año o septiembre para hacerlo. Un abrazo y feliz entrada de año, en 2019 nos abrazamos seguro!

      Me gusta

Deja un comentario